Nuestros propósitos:
El gran mandamiento y la gran comisión.
Como iglesia trabajamos sobre cinco pilares extraídos de El gran mandamiento (Mateo 22: 37 - 40) y La gran comisión (Marcos 15: 15-16 y Mateo 28: 19 – 20). 

A estos pilares les llamamos: Adoración, servicio, evangelismo, compañerismo y discipulado.

Creemos que hemos sido llamados a cumplir cada uno de ellos.


Adoración.

"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento" Mateo 22: 37 - 38

Creemos que el primer propósito en la vida debería ser agradar a Dios, vivir para complacerlo, y lo que hagamos en función de eso se convertirán en actos de adoración. Ésta no debería ser parte de nuestra vida, debería ser nuestra vida, y por consiguiente no está limitada a un acto religioso, sino que cualquier actividad puede transformarse en un acto de adoración cuando la hacemos para glorificar, alabar y honrar a Dios.

Servicio.

"Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas" Mateo 22: 39 - 40

La biblia dice: “Dios nos creó para una vida de buenas obras, las cuales ha preparado para nosotros”. Esas buenas obras son tu servicio. Siempre que servimos a otros estamos sirviendo a Dios y cumpliendo otro de nuestros propósitos para existir. Como cristianos, el servicio a Dios no es opcional, es algo que forma parte de nuestro diario vivir; este es el corazón de la vida cristiana. Jesús vino a servir y a dar, y esos dos verbos pueden  definir nuestra vida en la tierra.

Evangelismo.

"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura." 
Marcos 16: 15

Nuestra misión es una continuación de la misión de Jesús en la tierra. Como sus seguidores debemos continuar lo que él comenzó. Jesús nos llamó, no solo a venir a él sino a ir por él y a traer a otros a Él. Esta comisión le fue asignada a cada seguidor de Cristo, y no es optativa sino obligatoria. Nuestra misión es un privilegio maravilloso, decirle a las personas como pueden obtener la vida eterna es lo mejor que podemos hacer por ellas.

Compañerismo.

"El que creyere y fuere bautizado, será salvo..." 
Marcos 16:16

Fuimos hechos para pertenecer a la familia de Dios. Él nos creó y adoptó para compartir con nosotros todo lo que el tenia. Al depositar nuestra fe en Cristo, Dios se convirtió en nuestro padre y nosotros en sus hijos, los demás creyentes se convirtieron en nuestros hermanos y hermanas, y la iglesia en nuestra familia espiritual. La familia de Dios está compuesta de todos los creyentes del pasado, el presente y el futuro, y cuando nos bautizamos hacemos una demostración pública de que no nos avergonzamos de ser parte de la familia de Dios.

Discipulado.

"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."
Mateo 28: 19 - 20

Fuimos creados para ser como Cristo. Desde el comienzo el plan de Dios fue crearnos a semejanza de su hijo Jesús. Este es nuestro destino. Dios anunció su intención en la creación cuando dijo: “Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen y semejanza”. Nuestro Señor quiere que crezcamos espiritualmente para que lleguemos a ser como Él, aun así la madurez espiritual no es instantánea ni automática, es un desarrollo gradual y progresivo que llevará el resto de nuestra vida.
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